DARTA

ANÉCDOTA

Es muy cautivador cómo las personas se sorprenden al ver que un material tan noble sea convertido en objetos de belleza, lujo y decoración. Han sido muchos los pequeños que se encariñan y maravillan con lo que hago:
-En Manizales, en el pasaje mirador del barrio Chipre, unos pequeños se acercaron y uno de ellos, en cuclillas mirando el paño dijo: “¡Eso está muy bonito!”.
-Al pie de la av. La Playa en el ed. Gualanday, una dama pasaba hablando por celular y llevaba de la otra mano a su pequeña, la cual girando y mirando mi paño espetó: “Mami, mira esos adornos tan bonitos”.
Y así con los peques han sido varias anécdotas especiales que he tenido.